La Unión Europea enfrenta una tormenta perfecta marcada por la pérdida de competitividad frente a EE. UU. y China, la guerra en Ucrania, la presión de Donald Trump y el avance de la ultraderecha interna. Pese a reconocer estos riesgos, el bloque sigue mostrando dificultades para pasar de los discursos a la acción, mientras Estados Unidos incluso la ha dejado fuera de las negociaciones de paz sobre Ucrania. La UE intenta reaccionar aumentando el gasto militar, buscando nuevos acuerdos comerciales (como el de Mercosur) y simplificando su compleja burocracia, pero avanza con lentitud y sin cohesión.
Diversas voces dentro y fuera del bloque advierten que Europa se ha vuelto demasiado dependiente de Rusia para la energía, de China para los productos baratos y de Estados Unidos para su seguridad. Figuras como el ex jefe de la OTAN Anders Fogh Rasmussen y el ex primer ministro italiano Mario Draghi señalan que este modelo ha fracasado y que el continente corre el riesgo de quedar rezagado en la economía global, la tecnología y la defensa. Draghi incluso alerta de una “lenta agonía” si no se reforma la política industrial y se impulsa la innovación, especialmente en áreas como la inteligencia artificial.

En materia de seguridad, Europa vive su momento más delicado desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra en Ucrania se estanca, Rusia intensifica ataques y operaciones híbridas, y la UE reconoce que depende casi por completo de la OTAN y, por ende, de EE. UU. Algunos países han empezado a rearmarse (con presupuestos militares históricos y el retorno del servicio militar en Francia), pero los expertos consideran que las medidas siguen siendo insuficientes. A esto se suma que el plan de paz propuesto por EE. UU. y Rusia se elaboró sin Ucrania ni la UE, obligando a Europa a reaccionar desde la periferia y evidenciando su poca influencia geopolítica.
Ante esta situación, Rasmussen y otros estrategas piden que Europa adopte una política de poder real, que incluya garantías de seguridad para Ucrania con tropas europeas desplegadas detrás del frente, un escudo aéreo sobre el oeste del país y la liberación de los activos rusos congelados para financiar su reconstrucción. Argumentan que solo así la UE dejará de ser un espectador y podrá convertirse en un actor capaz de influir en el nuevo orden mundial. Sin embargo, la tendencia predominante sigue siendo la parálisis y la espera, mientras la tormenta que rodea al continente continúa intensificándose.
Referencia:
Sahuquillo, M. R. (2025b, November 30). La UE pierde peso geopolítico por miedo a enfrentarse a Trump. El País. https://elpais.com/internacional/2025-11-30/la-ue-pierde-peso-geopolitico-por-miedo-a-enfrentarse-a-trump.html
