En Madrid, el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) celebró una sesión especial para documentar el apartheid de género impuesto por los talibanes en Afganistán desde su regreso al poder en agosto de 2021. Durante el encuentro, mujeres afganas ofrecieron testimonios estremecedores sobre las violaciones, torturas, detenciones y abusos sufridos por desafiar las restricciones del régimen. El tribunal concluyó preliminarmente que las acciones de los talibanes constituyen crímenes de lesa humanidad por persecución de género, aunque su veredicto no sea jurídicamente vinculante, sí tiene gran peso simbólico y político para presionar a la comunidad internacional.

Los relatos recogidos describen un sistema de represión institucionalizado. Mujeres que participaron en manifestaciones fueron golpeadas, electrocutadas y encarceladas; otras relataron haber sido amenazadas con lapidación o forzadas a confesar delitos inexistentes. Las testigos afirmaron que su único “crimen” fue reclamar educación, trabajo y libertad. Las fiscales del caso señalaron que el régimen talibán ha emitido más de 120 decretos dirigidos a eliminar la presencia femenina de la vida pública, prohibiendo su acceso a la educación secundaria y universitaria, al empleo y a la atención médica sin acompañamiento masculino.
El tribunal también documentó la discriminación múltiple que enfrentan las mujeres pertenecientes a minorías étnicas, como las hazaras, víctimas de atentados y persecución. Una de las testigos relató cómo perdió a casi todas sus compañeras en un ataque a su escuela, mientras que otras narraron la negación de atención médica básica, ya que muchos doctores temen sanciones por atender a mujeres. Este entramado de leyes y castigos configura, según los fiscales, una política deliberada y sistemática de control y sometimiento que cumple con los criterios internacionales de crimen de lesa humanidad.
Las voces de las testigos reflejan una realidad marcada por el miedo, el dolor y la resistencia. Desde golpes y torturas frente a sus hijos hasta matrimonios forzados, las historias coinciden en una misma pregunta: ¿quién escucha a las mujeres afganas? El tribunal busca dar respuesta a esa pregunta visibilizando la magnitud del sufrimiento y exigiendo justicia internacional. Aunque sus decisiones no tengan fuerza legal, su impacto moral y político puede impulsar a los gobiernos y organismos internacionales a actuar contra la impunidad de los talibanes y a defender los derechos fundamentales de las mujeres en Afganistán.
Referencia:
Blanco, P. R. (2025, October 11). “Intenté suicidarme para no ser lapidada”: así se construye la acusación contra el régimen talibán por su persecución a las mujeres. El País. https://elpais.com/planeta-futuro/2025-10-11/intente-suicidarme-para-no-ser-lapidada-asi-se-construye-la-acusacion-contra-el-regimen-taliban-por-su-persecucion-a-las-mujeres.html