El asesinato cometido por un estudiante de 16 años que se identificaba como incel (célibe involuntario) en el CCH Sur de la Ciudad de México encendió las alarmas sobre la expansión de esta subcultura en el país. Miles de jóvenes mexicanos se agrupan en foros digitales donde comparten frustraciones por no poder establecer relaciones amorosas o sexuales, atribuyendo su situación a un supuesto “darwinismo social” que, según ellos, privilegia a los hombres atractivos o ricos. Este fenómeno, ya documentado en Estados Unidos, se relaciona con una tendencia global: las nuevas generaciones reportan menos actividad sexual que las anteriores.
Un análisis de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición revela que en México la vida sexual de los hombres jóvenes —de 20 a 39 años— se ha empobrecido durante la última década. El porcentaje de hombres que nunca ha tenido una pareja sexual pasó de 4.7 % en 2012 a 6.8 % en 2023, lo que equivale a más de un millón de jóvenes sin pareja, 470 mil más que hace diez años. Entre los hombres de 25 a 29 años, esta cifra incluso se triplicó. Esto sugiere que el país enfrenta un cambio social profundo en torno a la sexualidad, especialmente entre los varones urbanos.

Contrario a lo que plantea la narrativa incel, los datos muestran que la mayoría de los hombres sin pareja sexual tienen educación universitaria. Sin embargo, muchos enfrentan precariedad económica, desempleo o informalidad laboral. En los niveles socioeconómicos más bajos, el 10 % de los hombres nunca ha tenido pareja sexual, mientras que entre los desempleados la cifra asciende al 21 %. Este perfil —jóvenes educados pero con escasas oportunidades laborales— los hace más vulnerables a desarrollar frustración, resentimiento y comportamientos violentos, como los que se promueven en comunidades incel en línea.
Además, las diferencias regionales son notables: hace una década, la falta de pareja era más común en zonas rurales; hoy predomina en las urbanas. En comunidades indígenas, solo el 2 % de los hombres jóvenes nunca ha tenido una pareja sexual. Los estados más afectados son el Estado de México y Quintana Roo, donde el fenómeno se ha triplicado. Ante este panorama, expertos sugieren que los gobiernos locales deben implementar políticas de salud mental y orientación emocional dirigidas a jóvenes urbanos con alto nivel educativo, pero baja estabilidad económica, con el fin de prevenir episodios de violencia y fomentar una visión más sana de las relaciones interpersonales.

Referencia:
Ríos, V. (2025, October 9). Un mapa de los incels mexicanos. El País México. https://elpais.com/mexico/opinion/2025-10-09/un-mapa-de-los-incels-mexicanos.html