La competencia entre las grandes potencias y el surgimiento de nuevas esferas de influencia

El concepto de esferas de influencia describe regiones donde una potencia impone dominio político, económico o militar y excluye a otras. A lo largo de la historia, estas zonas han generado tensiones y conflictos, como ocurrió durante la Guerra Fría o en la invasión rusa a Ucrania. Estados Unidos aplicó esta lógica desde el siglo XIX con la Doctrina Monroe, mientras que varias potencias occidentales establecieron áreas de control en China durante esa misma época. Tras el colapso soviético, la idea perdió fuerza debido al liderazgo global estadounidense, pero el ascenso de China y Rusia reactivó un entorno multipolar.

En debates recientes, analistas como Stacie Goddard sostienen que la política exterior de Estados Unidos ha transitado hacia una etapa de colusión entre grandes potencias, impulsada por líderes fuertes como Trump, Xi y Putin. Bajo esta visión, las grandes potencias negocian arreglos que antes chocaban con los intereses tradicionales de Washington. El apoyo de Trump a un fin de la guerra en Ucrania que concede amplios territorios a Rusia refleja ese cambio, creando un sistema donde Estados Unidos, Rusia y China buscan coexistir sin confrontaciones directas.

Otros especialistas, como Michael Burleigh, advierten que Trump estaría dispuesto a aceptar la partición de Ucrania, ignorando la voluntad del pueblo ucraniano y validando la lógica territorial de Putin. Su plan de paz vincula concesiones territoriales con intereses económicos estadounidenses, incluyendo el acceso a minerales raros en la región. Esta dinámica recuerda decisiones como las de Yalta en 1945, cuando se definió el orden europeo sin considerar plenamente a los países afectados.

China y Rusia Reconfiguran el Tablero Geopolítico

En paralelo, Rusia y China incrementan su influencia. Pekín domina la producción de minerales estratégicos y ha consolidado su posición en el Mar del Sur de China. Un eventual entendimiento con Washington podría implicar concesiones como el abandono de Taiwán o la inacción ante la defensa de Filipinas. Moscú, por su parte, necesita equilibrar su relación con China, especialmente si no logra un acuerdo favorable con Estados Unidos sobre Ucrania.

Mientras tanto, Trump impulsa una visión orientada a reforzar la influencia estadounidense en el hemisferio occidental, expresando interés en Groenlandia e interviniendo en los asuntos de países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Honduras y Canadá.

En conjunto, el panorama internacional refleja un momento de volatilidad profunda, donde las instituciones creadas tras la Segunda Guerra Mundial pierden fuerza y las grandes potencias redefinen sus esferas de influencia en un mundo cada vez más competitivo y fragmentado.

Referencia

Traslosheros, G. (2025, 3 diciembre). La competencia entre las grandes potencias y el surgimiento de nuevas esferas de influencia. El Financiero. https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/colaborador-invitado/2025/12/03/la-competencia-entre-las-grandes-potencias-y-el-surgimiento-de-nuevas-esferas-de-influencia/